jueves, 22 de abril de 2010

México y el TLCAN


El Tratado de Libre Comercio tenía como objetivo el incrementar los flujos comerciales entre los miembros, lo cual efectivamente ha logrado. La postura mexicana para participar en dicha empresa se basaba en la idea de que con el fomento de las exportaciones sin necesidad de subsidios gubernamentales sería la base del crecimiento económico (Ruiz, Moreno, 2006: p. 20). No obstante, la forma en que se comenzó la apertura de la economía mexicana y la poca preparación y precarias condiciones de ésta para su participación en el TLCAN se convirtieron en obstáculos para el desarrollo de México.

El TLCAN, si bien ha incrementado el comercio y las cifras de Comercio exterior de México respecto a Estados Unidos son superavitarias, no le ha resultado del todo benéfico. Stiglitz es muy claro cuando señala que “el Tratado de Libre comercio de América del Norte no ha servido para detonar el desarrollo de México… la experiencia del TLCAN se ha marcado por el bajo crecimiento de la economía mexicana y la brecha del poder adquisitivo con sus socios comerciales es cada vez mayor… las cosas no han funcionado como se esperaba” (Stglitz, 2005, citado por Heredia, 2006: pp. 185-186).

La consecuencia inmediata de la apertura comercial fue el desempleo. Se esperaba que con el incremento de las maquilas se produjeran empleos y la migración a Estados Unidos disminuiría, pero ha sido todo lo contrario, ya que además de incrementarse la migración, ésta ahora incluye a personal capacitado que no encuentra empleo en México o los salarios no son adecuados (Ruiz, Moreno, 2006: p. 27).

La creciente brecha entre las condiciones económicas de México respecto sus vecinos del norte son la muestra más clara de que el TLCAN por sí solo no beneficia a México. Es claro que México debe hacer muchas reformas y crear programas económicos que respondan a sus necesidades y subsanen sus deficiencias, pero también es necesario un mayor involucramiento de Estados Unidos y Canadá.

Lo que en su momento Fox propuso como el TLCAN plus debe tomarse en consideración y reevaluarse. Las relaciones económicas se han profundizado en las últimas dos décadas, pero así mismo lo han hecho sus vulnerabilidades en materia de seguridad, de migración y competitividad. Por eso mismo, los gobiernos de los tres países deben de ver hacia el futuro de la integración de América del Norte como una forma de subsanar sus vulnerabilidades.

Un primer paso para ello, es sin duda promover el desarrollo de México a través de fondos de inversión, ya que sin esto como pilar, no se puede hablar de una profundización en otros rubros como la seguridad, puesto que no habría condiciones para ello (Council on Foreign Relations, Consejo Canadiense de Presidentes de Empresa Consejo y Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, 2005: pp. 138-140).
No obstante, para avanzar en cualquier intento de profundización hay que sortear obstáculos complicados, que van desde los prejuicios que cada sociedad tiene respecto de las otras, como los intereses de grupos conservadores y racistas, principalmente en los Estados Unidos, pero también los “soberanistas a ultranza” que tampoco son escasos en México.

Superando las deficiencias anteriores y creando un proyecto norteamericano (lo cual no implica una desaparición del Estado nacional), México puede aceptar esta opción como viable. No obstante, si las relaciones trilaterales se mantienen en la misma secuencia que hasta ahora, centrándose en el intercambio comercial sin cooperar en ningún aspecto ni eficientizar dichas relaciones, México debe reconsiderar otra alternativa que no presente tantas barreras para su desarrollo.

*Council on Foreign Relations, Consejo Canadiense de Presidentes de Empresa Consejo y Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (2005), Construcción de una comunidad de América del Norte: Informe de un Grupo Independiente de Trabajo, Washington D.C.: CFR, 123 – 178.
*Heredia, C. (2006) “La relación con Estados Unidos: la prueba de ácido de la política exterior mexicana”, en J.E. Navarrete (coord.), La reconstrucción de la política exterior de México: principios, ámbitos, acciones. México: CEIICH-UNAM, 2006, pp. 175 – 246.
*Ruiz Nápoles, P. y J.C. Moreno-Brid. (2006) “Efectos macroeconómicos de la apertura y el TLCAN”, en M. Gambrill (ed.) Diez años del TLCAN en México, México: CISAN-IIE-Facultad de Economía-UNAM, pp. 19-34.

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